Cientos de empleados, como carpinteros, lavaplatos, pintores y abogados, así como pequeñas empresas demandaron al empresario Donald Trump por incumplimiento de pagos por el trabajo que realizaron en su emporio inmobiliario, reveló hoy Usa Today.
Una investigación del grupo de medios de mayor circulación en Estados Unidos encontró que la compañía de Trump ha estado implicada en más de tres mil 500 demandas en las últimas tres décadas, muchas de ellas interpuestas por trabajadores a los que Trump evitó pagarles.
“Las consistentes circunstancias de estas demandadas y otras quejas por incumplimiento de pagos, provocan cuestionamientos del juicio de Trump como empresario y como comandante en jefe”, consideró Usa Today.
“El número de compañías y otros que alegan que no les pagaron, sugiere que las empresas de Trump tienen un mal récord contratando trabajadores y evaluando contratistas, o que los negocios de Trump reniegan de sus contratos, rehúsan pagar o cambian los términos del pago”, añadió.
Entre las pequeñas empresas que demandaron a Trump, figura la carpintería de Filadelfia de Edward Friel, la cual en la década de los años 80 logró un contrato de 400 mil dólares para construir las bases de las máquinas de apuestas en el casino de Trump en Atlantic City, Nueva Jersey.
Concluido el trabajo en 1984, Friel presentó la factura final por 83 mil 600 dólares, pero Trump rehusó pagarla bajo el argumento de que había realizado un trabajo de baja calidad.
Aunque la empresa buscó un abogado, éste les aconsejo aceptar la pérdida porque Trump alargaría el caso y saldría más caro el pago de los abogados que la factura pendiente. En 1989, la empresa tuvo que cerrar, a raíz del episodio.
Al igual que la empresa de carpintería, Usa Today documentó casos de meseros o lavaplatos que demandaron a Trump porque no les pagó horas extras por trabajo en algunas de las mansiones del magnate.
Uno de los más recientes involucró a una empresa de pintura a la que Trump evitó pagarle 30 mil dólares por trabajos realizados en su club de golf en Doral, Florida, que hasta este año fue sede del Campeonato Mundial de Golf de la PGA, antes de que Trump perdiera los derechos ante el Grupo Salinas de México.
Un juez que analizó la demanda de la empresa ordenó el cierre del club de golf hasta que la empresa sea pagada, pero los abogados de Trump siguen postergando el desenlace con mociones legales.
En una entrevista con el diario, Trump defendió sus acciones, al argumentar que su empresa no paga por trabajo de calidad inferior.
“Digamos que hacen un trabajo que no es bueno, o un trabajo que no está terminado o un trabajo que está demorado. Haré una deducción de su contrato, por supuesto”, señaló Trump.