Por Nelson Rodríguez, corresponsal
Matagalpa, 21 ago 12 (CIMAC).- La noticia le cayó a Olga María como balde de agua fría en invierno. Primero porque estaba en un país ajeno al suyo (Guatemala) y segundo, porque en el momento que le dijeron que tenía VIH perdería su empleo y tendría que volver a su natal Nicaragua, de donde emigró para intentar salir de la pobreza.
Olga María es una nicaragüense de 30 años, originaria del norteño departamento de Matagalpa. Tras dos años en la ciudad de Guatemala, regresó a su patria tras ser despedida injustamente del almacén “La Sexta”, donde con engaños sus patrones le hicieron la prueba del VIH.
Los empleadores ordenaron la realización de exámenes de salud a sus trabajadoras con el fin de removerlas de sus cargos, pero no informaron que incluían la prueba del virus causante del Sida. Olga se sorprendió cuando la llamaron a la oficina para decirle que tenía VIH.
En entrevista con Cimacnoticias, la mujer asegura que fue maltratada por sus patrones, y que incluso para disfrazar el despido le dieron cinco días de vacaciones, los cuales aprovechó para ir a Matagalpa e informar a su familia sobre lo sucedido.
No obstante, al regresar a Guatemala y presentarse a su trabajo le dijeron que estaba despedida y no le pagaron ni un solo quetzal.
Olga María narra que por su condición de migrante irregular no pudo denunciar el atropello a sus Derechos Humanos, ni reclamar sus garantías laborales, por lo que recomienda a cualquier mujer nicaragüense que pretenda ir a trabajar a Guatemala se informe sobre sus derechos como migrante y laborales, para evitar ser víctimas de explotación laboral.
“Las nicaragüenses migrantes en Guatemala además de ser víctimas de la violencia provocada por las maras (pandillas), también sufren de explotación laboral”, denuncia Olga María.
Detalla que para reunir el dinero para regresar a Nicaragua tuvo que trabajar en condiciones de explotación y sólo agradece a los miembros de una Iglesia evangélica que le ayudaron.
El viaje de Olga a Guatemala fue por razones económicas, una de las principales causas de la migración de nicaragüenses al extranjero, según la Red Nicaragüense de la Sociedad Civil para las Migraciones.
La mujer cuenta también que además de ser víctima de explotación, sus empleadores en el almacén la humillaron aún más cuando descubrieron que es una persona que vive con VIH.
“Si en tu propio país te discriminan cuando tienes VIH, imagínate en uno ajeno”, dice Olga al recordar lo doloroso que fue para ella recibir la noticia de forma inapropiada, y sentir el desprecio con que fue tratada desde ese momento.
La migrante nicaragüense no piensa volver a Guatemala a trabajar, aunque aclara que lo haría si fuera para compartir su experiencia y ayudar a otras mujeres y personas que viven con VIH a que exijan sus derechos.
La experiencia de Olga es ahora pública luego de integrarse al Grupo de Autoayuda para Personas que Viven con el VIH en Matagalpa, apoyado por el Colectivo de Mujeres de Matagalpa.
El apoyo del Colectivo ha sido determinante para que ella ahora tenga información sobre sus derechos, aunque asegura que la lucha contra la discriminación todavía es uno de los principales retos que a diario se enfrenta en Matagalpa y en todo Nicaragua.
El triangulo norte de Centroamérica (El Salvador y Guatemala) es uno de los tres primeros lugares de destino de las y los migrantes nicaragüenses, sólo superado por Costa Rica y Estados Unidos.
Las personas originarias de Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala se pueden movilizar por los cuatro países con su documento de identidad, pero para establecerse y trabajar necesitan regularizar su situación migratoria, de lo contrario se exponen a la explotación y hasta la persecución de las autoridades.