San Cristóbal de Las Casas, Chis. Con la nueva política oficial de “contención, la migración se está encapsulando de forma cada vez más visible en el sur” del país, lo que provocará “un estallido social, pues el gobierno no tomó en cuenta a la sociedad, a la Iglesia ni a otros actores las y está juntando pobres con pobres sin haber preparado un proceso de integración”, advirtió el sacerdote Alejandro Solalinde, director del albergue Hermanos en el Camino, con sede en Ixtepec, Oaxaca.
“La situación va a estallar porque no hay fuentes de trabajo para todos, porque no se le preparó a gente para recibir a los migrantes centroamericanos, quienes dicho sea de paso no quieren quedarse en México. Será una cárcel grande para ellos quedarse porque finalmente si los sacan como los van a sacar será una migración circular en un espacio más pequeño y los que van a ganar son los agentes de Migración, la Policía Federal la delincuencia organizada y los cárteles de la droga porque los van a extorsionar mejor”, agregó.
“En diez días el encapsulamiento ya bajó de la frontera norte, sin descuidarla, y se está concentrando en el sur”, reiteró, al ser entrevistado en esta ciudad, a donde llegó para ofrecer una plática en La Enseñanza, Casa de la ciudad.
Sostuvo que el gobierno federal “se sacó de la manga de repente” el Programa de la Frontera Sur como resultado de las reuniones entre funcionarios mexicanos y de Estados Unidos. “Lo primero que se hizo fue ponerle el titulito y designar a la persona encomendada pero no hay nada más, todo está hecho al ya veremos”, dijo.
Remarcó: “No sólo no hay estrategia, hablemos claro: Humberto Mayans Canaval (titular de la Coordinación para la Atención de la Migración en la Frontera Sur) no tiene el perfil, es un priísta que sabe de negocios, fue el brazo derecho de Andrés Granier (ex gobernador de Tabasco, ahora preso). Es una persona sin experiencia ni sensibilidad porque no tiene por qué sentir algo por los migrantes, ¿qué experiencia tiene en derechos humanos, qué va a saber de eso? Pero es muy cercano a Ardelio Vargas (titular del Instituto Nacional de Migración)”.
Consideró que “aparte de simular”, las autoridades federales “van a intentar hacer algo desde abajo pero como abajo estamos nosotros es imposible que hagan algo sin nosotros, no porque seamos indispensables sino porque estamos para controlar y supervisar como contraloría social lo que se haga”.
Señaló que si el gobierno “dice que ya no se va a permitir que los migrantes suban en el tren quiere decir que el flujo migratorio será menos masivo en los albergues pero yo no voy a cruzarme de brazos a esperar a que vengan los indocumentados, me voy a ir a Chiapas y a donde me toque para ver qué está pasando con ellos y dar testimonio de los atropellos a los derechos humanos y del costo humano de estas políticas hechas al vapor sólo por cumplir la voluntad de Estados Unidos”.
Lamentó que para la elaboración del programa, al gobierno “no le haya interesado iniciar procesos desde abajo; es un gobierno autista que no le interesa armar soluciones reales desde abajo sino sólo administrar los problemas como lo está haciendo, sin ponerse a calcular lo que puede pasar porque detener a la gente y no permitirle que suba en el tren, como ya se vio en 2007 cuando no hubo tren dos meses y medio, provocará que se encapsule la migración”.