Trump: Un Loco Anda Suelto

 

Trump: Un Loco Anda Suelto

 

Ing. Alfonso Elizondo.

 

No cabe duda que el tema toral de la geopolítica mundial actual son las locuras del Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, apoyadas por la mayoría de los miembros de su gabinete, por algunos miembros del Partido Republicano y por el obsoleto sistema electoral vigente que corresponde al de un mundo rural de hace más de doscientos años. Por el momento parece haberse suscitado una especie de apocalipsis en el orden mundial actual y están a la vista una gran cantidad de conflictos internacionales en la mayor parte del mundo, así como una profunda división hacia el interior de los Estados Unidos.

 

Por fortuna aún permanecen vivas algunas estructuras del gran edificio de la democracia federativa que permitió operar a los Estados Unidos como líder mundial indiscutible durante cerca de cien años, además que se ha creado un nuevo orden mundial con naciones y líderes racionales que de un momento a otro frenarán este terrible momento que vive la historia de la civilización con el liderazgo totalmente inesperado de un enfermo mental en la Presidencia de los Estados Unidos.

 

A pesar de que el Presidente Trump no tiene la menor idea de la actividad política y que sus dos principales asesores, el vicepresidente Pence y su yerno Kushner no tienen capacidad de entender los mecanismos de un Gobierno que tiene grandes ligas internacionales y que se está tratando de liberar de todos los frenos que le imponen las estructuras legislativas y la prensa libre de todo el mundo, pensamos que la duración de sus erróneas acciones políticas principales será por un período que no excederá un año a lo máximo, ya que los medios de información oficiales y la prensa libre de los Estados Unidos y del resto del mundo, dejarán conocer las cifras verdaderas del manejo de la economía, las finanzas, la productividad, los ingresos, la salud, los índices de mortandad, el nivel de educación y de todos los servicios sociales en sólo unos cuantos meses.

 

En ese momento, cuando sean conocidas por la población estadounidense y por el público de todo el mundo los funestos resultados que sin duda ocasionará la obtusa y errónea visión del mundo de Trump, no cabe duda de que toda su parafernalia de mentiras y de mitos obsoletos le ocasionarán una pérdida total del poder político y muy probablemente sea echado fuera del mandato presidencial y sea llevado a un juicio político que lo lleve a la cárcel o a un manicomio. Además de que el Partido Republicano habrá de enfrentar una grave crisis que quizá ocasione su disolución o se origine una nueva oleada de agrupaciones políticas partidistas o peor aún, una revolución separatista como la que ocurrió durante la gestión de Abraham Lincoln, cuando el País se dividió en dos sectores – norte y sur – que estuvieron enfrentados durante muchas décadas.

 

Es totalmente absurdo que la dirigencia política de la economía más fuerte del mundo esté dirigida por un mentecato que pretende establecer fronteras físicas a su nación, sólo hacia el lado de los países pobres y con etnias que no sean de raza blanca anglosajona. Un pobre loco que ignora los casi 50 años que lleva el proceso de globalización en el mundo y los grandes beneficios que ha ocasionado, llegando hacia regiones remotas y generando relaciones comerciales y financieras con más de 100 naciones que antes vivían aisladas, permitiendo en dicha forma un relativo control en la salud y en las demografías de las naciones y territorios más pobres del mundo.

 

Es obvio que a Trump y a los miembros de su gabinete no les interesan las vidas de los pobres, de los negros, de los hindúes, de los árabes, de los mesoamericanos, de los asiáticos, de los latinos y de todas las mezclas raciales que existen en el mundo. Su única preocupación es mantener en alto el amor a sí mismos, a sus familiares y a quiénes forman parte de sus intereses materiales. Trump y su Gobierno representan por ahora la involución más grande de la historia de la civilización humana de todos los tiempos.

 

Adenda: No hay duda de que la nueva dirigencia política de los Estados Unidos representa dos situaciones clásicas que han sido reiterativas en la historia de todos los imperios: siempre aparece un momento en el que se inicia su decadencia y esta se origina invariablemente justo donde se encuentra el vórtice político del imperio.

 

Haciendo un análisis retrospectivo de la caída de todos los imperios, incluyendo los protohistóricos, conforme iban desapareciendo o perdiendo poder se iba reconstruyendo un nuevo mundo con nuevos paradigmas, nuevos dioses, nuevas formas de comunicación entre los seres humanos, una nueva visión de la belleza, del amor, de la libertad, de las emociones y una tendencia general a convivir en paz.

 

En este caso particular del surgimiento de la nueva era digital se van delineando enormes cambios en la sociedad humana que no tuvieron precedentes: la desaparición de la palabra oral y escrita, la reconfiguración de la célula familiar, la morigeración de las emociones y una tendencia general a crear una mayor igualdad y comprensión entre los seres humanos. A pesar de que en este momento con el loco de Trump a la cabeza, los síntomas más visibles sean el odio, el fomento de la desigualdad, la violencia y el uso de la mentira o de la exageración en las relaciones políticas y sociales.

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