UN VIOLINISTA EN LA BARBARIE DE MONTERREY: URGE CAMBIAR LOS FUSILES POR INSTRUMENTOS MUSICALES : CHARLY MENDEZ

Cuando el violinista cubano logró superar todas las pruebas para integrarse al conjunto de músicos que mundialmente acompañaban a Luciano Pavarotti, el manager le preguntó acerca de sus pretensiones monetarias: Pero si yo solamente lo que quiero es tocar a su lado, quiero que me den la oportunidad de tocar a su lado. Entonces el agente italiano enarcó sus ojos como un gesto de sorpresa ante  la originalidad del músico. Obviamente consiguió disfrutar de un jugoso contrato.

 

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Charly Méndez ama el estilo y su violín. Cuando esos entacuchados, llamados diputados andaban aprobando los raquíticos presupuestos para la cultura, el artista los interrumpió con las notas de su Alessandro Panetto .Por cierto, su performance musical quedó registrado en el periódico milenio , un 24 de diciembre en el recinto legislativo del estado de Nuevo León. Desde entonces, su estilo atrapa las miradas provincianas: “oiga artista, desde que usted llegó a este congreso, ya impuso una moda. Ahora los diputados se quieren vestir como usted”.

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Lo encontré discutiendo acaloradamente en la oficina que representa la fracción del Partido del Trabajo: en ese instante me lo imaginé como un oso polar en el desierto. Un violinista con cara de Jack Nicholson que sueña con abrir una escuela musical para niños virtuosos, en el desierto de la barbarie. Ya fue con la bella Margarita Arellanes. Ya fue con la Señora Junco. Ya fue con el rector de la UANL. Ya se tomó el café con los diputados de todos los colores. Pero no consigue hacer click para reinventar su proyecto: Charly Méndez y los virtuosos de Monterrey. Porque basta con picarle al Google,  y nos daremos cuenta del nivel musical que logra alcanzar.  Consiguió conjuntar a un grupo de talentos, pero el proyecto no consiguió despegar. De tal manera que la mayoría de ellos, ahora se dedican a tocar en bodas, iglesias y demás tertulias de la provincia futbolera: “tocan cancioncillas”, comenta sardónicamente  el artista.  Se queja de la mentalidad mexicana, de que no nos hemos podido sacudir el chip de que solamente nacimos para ganarnos la medalla de bronce. Por eso cuando lo entrevistó la TV Azteca, declaró que ambicionaba formar a los Giovani Dosantos de la música clásica, los chicharitos de la expresión artística que no les tiemblan las corvas cuando saltan a jugar con el Manchester United. Y la respuesta no se dejó esperar, cientos de jóvenes aplaudiendo la iniciativa del violinista cubano.

 

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Mientras degustamos un delicioso filete empanizado, me suelta su máxima de oro: no, mira Guillén, urge cambiar los fusiles por los instrumentos musicales. Pero a nuestro artista los vientos de la fortuna le son adversos. Y sin embargo, persiste en su ambición ideal: encontrar esos niños virtuosos. Dice que no le interesa la gente ordinaria. Que hay niveles. Que no se le pueden dar perlas a los cerdos. Que no hay que revolver las peras con las manzanas. Que a todos los profesores mediocres de la Educación Pública, simplemente los deberían de correr…

También ha sufrido el clasismo de los sampetrinos: se duele de la xenofobia. De que lo identifican con Hugo Chávez, con López Obrador: hay ya viene el cuco, si gana López nos van a quitar la casa, hay ese cubano es comunista, hay López obrador es un peligro para México y ese cubano también. Tal vez por eso el otro día  unos gorilas de la policía regiomontana le quitaron su violín y le aplicaron un candado para inmovilizarlo, esposarlo y después treparlo a la patrulla como si fuera un feroz delincuente, como esos gatilleros que andan matando niños inocentes que tan solo quiere divertirse con su bicicleta.

 

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Les digo que Charly Méndez  es un enamorado del Estilo. Me ha enseñado la página del diseñador Roberto Cavalli y al ver los modelos y las modelos, sufre un silencio de éxtasis: porque le ha tocado frisar con la música de Aretha Franklin. Ha rascado su violín en esos espacios donde al virar, lo mismo se encuentra con el rostro de un Santana que de un Al Pacino. ¿Tan solo se trata de un has been?

 

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En las 24 horas que llevo de conocerlo, no se ha cansado de hablarme a cerca de su represente Jean Carlo Ioppolo, un italiano que domina el mundo de las relaciones públicas en Nueva York. Que lo mismo representa a Elton Jhon, que a Ennio Morricone. Pero el violinista no quiere irse de México ni de Monterrey. Y cuando Jean Carlo Ioppolo le pregunta que qué está haciendo allá, que qué hace en un país donde el grueso carece de un chip con visión global. Y donde su trabajo de violinista no es valorado, a tal grado que los regios le dicen: si eres tan chingón, porque estas tan jodido. Y les responde con la máxima del crucificado: perdónalos señor, pero no saben lo que hacen. 

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One thought on “UN VIOLINISTA EN LA BARBARIE DE MONTERREY: URGE CAMBIAR LOS FUSILES POR INSTRUMENTOS MUSICALES : CHARLY MENDEZ

  1. Acabo de enterarme de este artículo lo y aplaudo tu proyecto. Coincido conalgunas frases y una disculpa por el grueso no solo mexicano sino latinoamericano por una mentalidad de sumisión a los totalitarismos fanatismos ignorancia y servidumbre. Por esonhay que seguir educando para formar mejores individuos y encontrar los talentos donde los haya para hacerlos brillar y den muestra de la grandeza del arte. O limitarnos a ver algo tan peligroso como el que se dilullan en una hinchada futbolera que se desgañita durante un juego de futbol.o en el mundo de la delincuencia desorganizada u organizada. O lo que es peor de servidor publico corrupto mas grave. Hay que tocar violines

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