“AHORA ES DOBLEMENTE EXTRAÑO: EN SU CASA Y EN UN PAIS”

Les presentamos las vivencias del abogado Enrique Molina Montufar, quien ha  puesto el dedo en la llaga de la migración, un fenómeno que permanece desatendido por el Estado Mexicano:

Mi formación es de abogado, el lugar donde yo trabajo es la región del valle del Mezquital en el estado de Hidalgo, es la principal zona expulsora de migrantes, pero hay demasiados problemas, como lo es  la desintegración familiar; hay una incidencia en cuanto a la violencia familiar y entre las comunidades mismas de ahí. Esto me ha ido perfilando a que yo me capacite no solamente en cuanto al fenómeno migratorio sino también con  cuestiones de defensa penal indígena, cuestiones de mediación comunitaria:

Cuando yo estuve en la oficina de atención a migrantes de un municipio, ahí es donde ya tengo una vinculación más directa con los migrantes: lo principal que he llegado a manejar es la localización y búsqueda de personas, el traslado de restos, en el caso de muertes, ya sea muertes por enfermedad o muertes por accidente, muertes en el cruce. La restitución de menores, que se da mucho. Hay mucho flujo de niños. Esa parte me tocó vivirla mucho y también esta cuestión de las deportaciones, en donde te platico un caso, donde la menor es hasta mi ahijada. Una niña que llegó a México, en donde ya prácticamente la iban a adoptar el estado de California. La mamá tenía orden de arresto, el papá había sido deportado. No tenía con quién irse la mamá y no había precisamente una oficina que le ayudara al papá a compadecer a las oficinas de trabajo social de  Los Angeles, para efecto de que  pudiera volver a reunirse con su hija. No encontró ese apoyo en ninguna institución  y nosotros sin conocer del tema nos aventuramos y logramos tener una buena comunicación con las autoridades

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A nivel institucional, a nivel gubernamental, sería la profesionalización de los servidores públicos, que se encargan de este tipo de problemática. Sería un servicio civil de carrera, ¿por qué? Porque cada  tres años o cada seis años, esas oficinas que  prestan atención a los migrantes, pues prácticamente desaparecen y vuelven a empezar de cero, aparte de que son improvisados. Lo hacen como una chamba. Los únicos que trabajan en pro, son las organizaciones, pero en gran parte de la República, no existen organizaciones con ese corte de apoyo, de asesoría y hasta de auxilio. Hay una parte que sí se cubre, pero es la parte más humanitaria, que es en el trayecto, que es las casas de migrantes, que principalmente comenzaron con las comunidades religiosas, en este caso las católicas y las cristianas, en la migración que se da de Centro América a la Unión Americana. Entonces, sí, hay un déficit en ese sentido. Y hay una falta de concientización de las autoridades.

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Yo creo que el tema migratorio en el sexenio del 2000 al 2006 fue el boom, pero hasta ahí nomás. Inclusive se llevó a cabo un parlamento de migrantes en la Ciudad de México, en donde se reunieron todas las comunidades de origen, radicadas en la Unión Americana. Y no nada más en la Unión Americana, sino también en Canadá, pero como esto fue de alguna manera financiado, por el estado mexicano, pues obviamente que ahí hubo una catarsis con la cuestión de tipo partidista  y entonces eso se partidizó y pues fue un fracaso

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Yo el problema básico que le veo, es la composición de sus ayuntamientos. El municipio es el orden de gobierno más cercano a la gente. Se muere una persona y van al municipio, se enferma una persona y van al municipio, alguien quiere trabajo y va al municipio. Entonces, por ser el orden de gobierno más cercano a la gente, yo considero que la responsabilidad más inmediata es de los municipios, de los presidentes municipales. Desgraciadamente su composición y la idiosincrasia de sus  componentes no le permite tener esa sensibilidad, en los problemas más inmediatos de la gente. Yo creo que nadie se va de su pueblo, nadie se va del país porque así lo quiera. ¿porqué? Porque todos por naturaleza tienen que tener un sentido de pertenencia hacia un lugar, hacia  su comunidad de origen. La gente que emigra es precisamente porque se siente rechazada, porque se siente que ya no encaja dentro de ese modelo. Y estamos hablando de modelos gubernamentales y modelos económicos, entonces, esa necesidad los empuja a buscar otras alternativas. Y la alternativa mayor es el sueño americano, sin que estos gobiernos hagan algo, precisamente, ya no digamos para mitigar el fenómeno, porque es un fenómeno estructural y un municipio  no lo va a poder resolver, pero sí al menos como para poder  brindarle ya a las familias que se quedan, a las familias de las comunidades de migrantes, pues que tengan un acercamiento mejor, como que los municipios son los responsables inmediatos, que no se logra dar esta comunicación entre las familias de migrantes y los migrantes propiamente dicho. Eso es lo que yo veo.

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Lo otro que veo es que los gobiernos de los estados, pues cada seis años  hay el riesgo de que cambien ya sea de grupo político o de color de partido, y esto trae como consecuencia que no haya una profesionalización en la atención a los migrantes y a sus familias. La otra cuestión es la de que no hay un combate a lo que es la corrupción y digo la corrupción en el sentido de que muchas veces se les permite a los coyotes  estar operando con información misma que tienen los gobiernos. Hay un reconocimiento tácito del gobierno hacia los coyotes. Les hacen la chamba, ¿para qué? Precisamente para ahorrarles la generación de políticas públicas a favor de los migrantes. Ese es un problema que veo: el servicio civil de carrera. Y la otra cuestión, también, de que al no haber esta profesionalización, pues entonces entramos a un círculo vicioso. Es como entrar a un hoyo negro en el que te pierdes. Porque hasta la fecha seguimos viendo, en las oficinas de pasaportes, por ejemplo,  que  hay anuncios, se tramitan visas, quieres irte a trabajar a Estados Unidos, licencia de conducir internacional, en donde sabemos que esas situaciones ya son competencias propiamente de los gobiernos extranjeros y en donde no hay organizaciones serias, que le brinden esa orientación al migrante y en consecuencia viene la defraudación.  Y ahora el estado tiene otro problema, no solo tiene el estado del desempleo, de la migración, sino que tiene el problema de la defraudación. Y bueno, pues el tema da para mucho… vemos en las fronteras que cada vez es más alto el índice de niños y de mujeres, las cabezas de familia vienen a ser las mujeres. Tampoco hay una política que permita dar apoyo, que no vamos a frenar el fenómeno, pero si de brindar un apoyo para que tengan la seguridad de que a donde van a llegar, van a llegar con bien.

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La otra política es, que cuando el gobierno no propicia estos acercamientos entre las familias y el migrante propiamente, pues la desintegración se va dando más rápido, porque cuando te das cuenta, ya no empiezan a recibir el dinero que tienen que recibir los hijos o la esposa. El fenómeno trae muchas connotaciones. Me ha tocado ver casos en donde se va el hombre a trabajar y cuando regresa, pues que ya está otro hombre en la casa  y en la casa que el construyó ya están otros hijos. Me ha tocado ver casos  en donde también han deportado al migrante y llega y no tiene absolutamente nada. Absolutamente nada. Así como se fue así regresó. De que la señora malversó todo. Me han tocado casos también en donde ya el señor tiene otra familia en Estados Unidos. Que ya no va a regresar. La problemática no sólo es a nivel financiero, sino también de índole emocional. Por lo que ahora es doblemente extraño: extraño en su casa y extraño en un país.