En los últimos tres años, como fruto de la oleada de niños migrantes no acompañados, la oficina de Servicios de Salud Pública (HHS) ha recibido a mil 549 menores embarazadas en centros bajo su supervisión.
La mayoría de los niños que llegan a estos refugios fueron detenidos por las autoridades de inmigración mientras trataban de cruzar la frontera; otros fueron remitidos a estos refugios después de ser atrapados después de cruzar la frontera.
Amnistía Internacional calcula que seis de cada 10 mujeres y niñas centroamericanas son víctimas de violencia sexual durante el viaje desde sus países hasta suelo norteamericano.
Ya sea por vergüenza o por desinterés de las autoridades, las niñas no reportan su estado de gestación de inmediato a las autoridades.
En todo caso, cuando una persona es detenida, no se le hacen preguntas tan específicas, explicó el vocero de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), Rubén Jáuregui.
El secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, advirtió a los padres centroamericanos que no envíen a sus hijos a los EU ilegalmente, pues estos podrían ser víctimas de abusos sexuales.
Estos menores viajan acompañados de un “pollero” que los cruzará por la frontera. Miembros de cárteles de las drogas que controlan los cruces informales al sur de Brownsville, Nogales, El Paso o Laredo constituyen otro “retén” para estos menores. Por mar, la de Calexico tiene un trayecto marítimo que inicia en Puerto Madero, Tapachula, y termina en los puertos de Ensenada y San Carlos, en Baja California.
El portavoz de la Patrulla Fronteriza en El Paso, Ramiro Cordero, explicó que siempre se han presentado, históricamente, casos donde la mujer reporta algún tipo de asalto sexual en su trayecto.
Informó que los migrantes afectados, sin importar el sexo pueden reportar los abusos y pedir ayuda relacionada con su salud. Sin embargo, los casos luego se destinan autoridades competentes, o sea, otras agencias o inclusive otros países.
“Si tenemos a la persona responsable de los hechos, claro que lo vamos a retener, pero son las autoridades competentes las que van a perseguir esos casos, ya sea en México o en Estados Unidos”, comentó Cordero.
Según Amnistía Internacional, la violación es tan común que “las niñas toman precauciones para no quedar embarazadas, niñas de 12, 13, 14 años”.
Cuestionado sobre si han encontrado algunos tipos de anticonceptivos entre las pertenencias de las inmigrantes, explicó que no hay un reporte específico, ya que no se documentan, por ser algo más personal, como lo sería una cajita de medicamento como el Tylenol.
Ya el 17 de julio de 2014, el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson adviertía que algunos padres de niños centroamericanos que intentan cruzar la frontera indocumentadamente a EU saben de los riesgos de este viaje, haciendo notar que a algunas de estas niñas se les dan anticonceptivos “en caso de ser violadas en el camino”.
El flujo más fuerte de inmigrantes indocumentados se concentra en el Sur de Texas, por ser la ruta más corta entre América Central y Estados Unidos.
En El Paso son relativamente pocos los niños centroamericanos que llegan a los albergues, y por ende, los casos de niñas migrantes embarazadas.
“Nosotros hemos recibido casos en los cuales una menor está embarazada”, dijo Melissa López, directora ejecutiva de Servicios Legales para Inmigrantes y Refugiados de la Diócesis Católica de El Paso.
Agregó que “realmente, el número de niñas embarazadas es menor al número de menores no acompañados que hemos recibido durante el año. Son muy pocas”.