Donald Trump no les está facilitando a sus principales partidarios y asesores, desde su compañero de fórmula para abajo, el defenderlo o explicar algunas de sus posturas de campaña.
En programas noticiosos dominicales, varios altos funcionarios de Trump, encabezados por el candidato a la vicepresidencia, Mike Pence, no pudieron decir ayer si el empresario estaba apegándose o modificando su promesa central de deportar a los 11 millones de inmigrantes que viven en el país sin permiso, con la ayuda de un “equipo de deportación”.
Cuando se le preguntó si es un problema que el nominado republicano a la Presidencia haya dejado en el aire detalles cruciales sobre sus políticas de inmigración cuando falta poco tiempo para las elecciones, Priebus objetó: “Yo simplemente no hablo por Donald Trump”.
El sábado, el candidato presidencial insistió con su proyecto de construir un gran muro en la frontera con México y de reforzar los controles para ubicar a los indocumentados que intenten beneficiarse de la seguridad social o los extranjeros que permanezcan sin visa en territorio estadunidense.