MIGRACION Y DESEMPLEO PROVOCAN AGONIA EN EL MUNDO RURAL

Las Vigas, Tlaxco.- Esta comunidad, enclavada en lo profundo de la
sierra de Tlaxco padece, al igual que otras comunidades serranas, la
migración de su fuerza productiva, la causa principal es la falta de
empleo.

En este lugar, curiosamente convergen los vértices de límites
estatales de Tlaxcala, Hidalgo y Puebla, de tal forma que autoridades
ejidales de los tres estados tienen que ver en la toma de decisiones.

Los pobladores recuerdan que en 1995, se tuvo la visita de los
gobernadores, quienes estamparon sus firmas para el recuerdo en un
pequeño monumento que prevalece al paso de los años en el centro de la
comunidad.

También se recuerda la visita, por primera ocasión de un presidente de
la república, el panista Vicente Fox llegó hasta este apartado ligar,
para poner en marcha a nivel nacional el plan de Enciclomedia.

La verdad es que en las vigas solo funcionó al principio, luego la
comunidad paso de moda y volvió a su ancestral olvido, donde la gente
se dedica al cultivo de la papa, el maíz y la explotación madrera.

Las Vigas es una comunidad humilde, hoy vive la más grande de sus
crisis sociales, con más de un millar de habitantes de los cuales al
menos 60 por ciento vive en pobreza.

El índice cada vez es mayor, debido al escaso empleo lo que provoca ya
problemas de migración. Los adultos y los jóvenes se van en busca del
sueño americano, muchos de ellos dejan  a su familia y no regresan.

José de Jesús González Vargas, nativo de este lugar afirmó que cada
vez son más los hogares que sufren de desintegración familiar debido a
que mujeres, hombres y jóvenes deciden abandonar Las Vigas en busca de
nuevas y mejores oportunidades.

Sin embargo, muchos casos terminan trágicamente.

Es lamentable pero en Las Vigas ya contamos con un índice grande de
migración de mujeres, de hombres y de jóvenes que salen que desde los
15 años se están yendo a buscar trabajo, incluso en el extranjero.

En las vigas la pobreza extrema es visible, basta ver las casas con
piso de tierra, paredes de madera, techo de tejamanil y lámina de
cartón que no ayudan mucho para cubrir del frío a las numerosas
familias que viven en ellas.

Al llegar al lugar, sin hacer grandes anuncios, los niños se acercan a
los extraños esperando que les den un dulce o una moneda, algo que es
todo un acontecimiento en un lugar del que las autoridades no se
acuerdan.

Claudia Hernández Arcos, una triste y joven mamá, señala: “hoy comimos
sólo papitas. Qué más quisiéramos que darles algo a nuestros hijos
pero no tenemos trabajo”.

La humilde madre de familia explicó que ellos viven del trabajo de su
esposo en una blockera en Tlaxco, pero debido al intenso frio, el
trabajo se hace muy difícil y la situación económica es muy precaria.

“Mis hijos son Carmen y José Manuel de 6 y 7 años, pero si me piden su
leche con azúcar y no me queda más que decirles, ahorita no hay”.

En las noches el frío arrecia, no queda más remedio que prender el
anafre adentro de la casa para calentarse un poco, qué remedio, “a
veces nos han regalado ropa, no importa que sea de uso, a nosotros nos
sirve mucho, sobre todo los zapatitos, que no les falten a mis hijos”.

Así pasan los días en esta comunidad, a veces las mujeres se dedican a
buscar tierra para plantas y venderla, aunque aseguran que sus
compradores la quieren casi regalada pero lo que saquen ya es
ganancia.

Lo que llama la atención, es que a mitad del camino, además de la ex
hacienda de Mazaquiahuac, existe otro destacamento de la Sedeña, los
letreros advierten que se trata de una unidad especializada de élite
de combate al narcotráfico.

El secreto a voces, es que la verdad los elementos del ejercito
mexicano tienen la misión de evitar que no se acerque nadie al lugar
enclavado entre los cerros, nadie sabe lo que ahí ocurre.

Aunque hay rumores de que en ese lugar se guarda algo más valioso que
el petróleo, incluso por comentarios de los propios soldados, se
especula que podría existir en las inmediaciones una mina de uranio.

En tanto, nada rompe la tranquilidad de este lugar, salvo el golpe del
hacha, los talamontes se llevan la riqueza del bosque, de los ejidos,
nadie los puede parar, es un pueblo aislado que ha sido olvidado de la
restauración del tejido social de Tlaxcala.( POR PEDRO MORALES)

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