Es la entrevista que sostuvimos con el Licenciado Moisés Solís Vázquez, sobre la lucha organizada y comunitaria que sostuvo contra las ambiciones de Francisco Rivera Bedoya, quien allá por el 2004-2005 fungía como alcalde de Guadalupe y ambicionaba construir un teleférico en el corazón del Cerro de la Silla.
Esta silla no se vende, es un recuento periodístico que muestra al ser humano que se organiza para defender el medio ambiente. La obra fue editada por la UANL, y Somos Migrantes, les brinda y probadita del mismo:
¿Cuál es la importancia de vivir en armonía con la naturaleza?
Yo creo que todo esto se remonta a mis orígenes de vivir en San Luis Potosí, en una zona de cerros que no tiene esta vegetación tan hermosa. Yo creo que este contraste de vivir en mis primeros años de infancia en San Luis Potosí y vivir ahora, los más de 40 años en Monterrey, rodeado de esta belleza de montañas. Creo que los regiomontanos no saben lo que tienen, porque lo tienen, porque nosotros no lo teníamos. Donde yo viví, en esa etapa de mi vida, mi infancia, esa belleza de vegetación que hoy sí lo tenemos, quise contribuir, quiero contribuir a mantenerlo vivo, y de esta manera despertar las conciencias de la sociedad regiomontana, despertar ese hábito, a todos los niveles de la sociedad; que no perdamos ese elemento natural que tenemos, el Cerro de la Silla, con toda la vegetación que tiene más de 170 tipos de plantas. Hay osos, hay leones, hay murciélagos, muchas cavernas. Todo ese tipo de cosas es muy importante, porque creo que la sociedad regiomontana no lo sabe. Y bueno para mí era muy valioso, porque cuando estaba en secundaria, me gustaba subir, podía hacerlo aún. Con mi situación física como quiera subía con mi mochila, con mis amigos de secundaria al cerro. Entonces, eso me dejó muy marcado, de que teníamos que proteger y cuidar el Cerro de la Silla. Que tan son dueños los de San Luis, los de cualquier otro estado de la república, porque el Cerro de la Silla es patrimonio universal. Y entonces nosotros por eso defendimos con mucho estoicismo este Cerro de la Silla.
Háblame de lo que significa para ti superar tu malestar físico desde la infancia, ¿De qué manera el hombre se superpone a sus obstáculos, para poder conseguir sus objetivos?
Bueno, yo creo que Dios sí existe y tan existe, que el hecho de que me haya dado polio, a los nueve meses de vida, y desde ahí, ir desarrollando, ir creciendo, ir dándote cuenta de todos los seres que quieres y que te rodean y que te quieren ayudar y no pueden. Tiene uno que ir aprendiendo a sobrevivir, dentro de ese núcleo familiar, que es muy fuerte. Me dio mucha fortaleza mi padre, mis hermanos y mi madre.
¿Por qué?
Porque me enseñaron a ser muy autosuficiente, y la mejor muestra es que soy un profesionista. Ahora soy un empresario del ambiente culinario, y antes del medio inmobiliario. Entonces, es retomando, yendo al origen, el que no tengas uno de tus miembros físicamente te da una fortaleza distinta a los demás, pero no solamente el que te des cuenta que no lo tienes, o ¿cómo sustituirlo? Pero sin odiar a su medio, a su hábitat y yo no lo odio, al contrario, lo amo. Esa es una diferencia muy fuerte y que eso me ha dado una fortaleza, deambular por mis 58 años. Ahora, que donde lo veo con un agrado de vivir todos los días y de hacer, de contribuir y de aportar para mi esposa, mis hijos y a la comunidad. En lo que pueda aportar y hoy creo que lo hicimos, lo hice, tomando las raíces de ese origen y que te decía.
¿Cómo observas aquellas personas que no solamente cuentan con su integridad física sino con talento y que no consiguen sus objetivos y terminan en el fracaso?
La verdad es que, como te decía, yo creo que le debo mucho a la formación religiosa que me dio mi padre. Tan es así. Que actualmente, a esta edad, todavía no se tomar y no se fumar. Nunca lo he hecho. Creo que esa formación de origen, que la familia te da con una fuerza que te va marcando, porque te va educando. Yo creo que es eso. También me dio esas herramientas mi padre. Mis hermanos querían sobreprotegerme para que no hiciera determinadas cosas de la vida cotidiana de una familia y papá siempre se oponía.
Me decía. ¡No! Porque un día no los vas a tener, ¿y quién se lo va hacer? Entonces, tiene que ser él mismo, el que tiene que desarrollarlo. En ese momento, cuando creces se agiganta el amor que tienes por él.
¿Cuál fue para ti la experiencia de involucrar a tu familia, en esta lucha de evitar que se instalara el teleférico en esa zona del Cerro de la Silla?
Bueno, fue muy claro, lo recuerdo en una reunión familiar, que tuve en ese momento, por una llamada, de un gran amigo al que estimo y quiero mucho. A un activista social, al periodista Raúl Rubio Cano, que luego fuimos compañeros del Centro de Historia Regional de la Universidad y amigos de múltiples luchas sociales. De él recibo una llamada y me dice:
¿Cómo estás Moisés?
Bien
¿Ya te diste cuenta que te van a poner el teleférico y que lo van a pasar sobre tu casa?
Le digo, no, ¿de qué me estas hablando?
En tu casa, en tu barrio, ahí en tu colonia, por la calle donde vives.
Y le digo, no, ni siquiera estaba enterado.
Sí, busca a una compañera tuya, Gabriela Ortiz, es una mujer científica, una mujer que tiene una gran formación académica, sobre la defensa de la naturaleza, es una mujer muy documentada. Me dice él, ten, este es el teléfono, llámala y te explicará lo que está pasando en tu casa, sobre tu casa.
Ya le llamo, y Gabriela nos empieza a explicar y dice, oye, que bueno que te conozco, que bueno que me llamas, eres mi vecino. Hay una gran necesidad de hacer la defensa del Cerro de la Silla. Porque no debemos permitir que pongan el teleférico. Y ella nos dio una explicación, de esa personalidad, como me la describía Raúl Rubio Cano por teléfono.
Después de una reunión que tuvo Gabriela Ortiz con nosotros tuve una reunión familiar y mi hijo Moisés dice, tenemos que hacer algo, tenemos que defenderlo. Y mi hija Jésica igual, me dice, tenemos que defender el Cerro de la Silla. No es posible. Ella en este momento era estudiante del Tec, de Arquitectura. Y ahí empezó a explicar a sus maestros, vecinos, de la defensa.
Exactamente en el Tec se estaba desarrollando el dictamen de que sí era factible hacer el teleférico. Todo el estudio ambiental lo estaba haciendo el Tec. Los maestros de Jésica y ella les planteó. Hubo discusión y debate entre los maestros. Y le pidieron que no interviniera, que no hiciera eso. A lo cual ella dijo, en una de tantas múltiples reuniones. No entiendo, están preparándonos a nosotros, porque tu esquema del Tec, me cambié de otra universidad, me cambié para acá porque me gustó el slogan del Tec, porque nosotros somos líderes, nos están preparando para ser líderes, transformadores de nuestro barrio, del tamaño que sea, de una colonia, de un municipio o el estado. No entiendo por qué me está pidiendo esto, como maestros, o sea, ¿de qué se trata? Nos están preparando para defender ¿Y luego para qué? Nos están dando la herramienta académica para justificar la defensa de no al teleférico y hoy me dices que no. Sus maestros tuvieron una visita , en la calle, avenida Bosques, al final, con todos los alumnos, de lo que en el proyecto no venía, al final los maestros, ellos mismos, en su cátedra, decidieron desaparecer el proyecto de la cátedra Luis Barragán. Que en ese momento era el que estaba haciendo el proyecto. Entonces, en ese momento le dieron carpetazo, el Tec como institución. Porque al Tec también se le hizo ver. Tuvimos reuniones los vecinos con funcionarios del tecnológico, también por nuestra parte, los padres de familia. Y que se dieran cuenta qué tanto les iba a afectar económicamente, que ellos no estaban midiendo el aspecto económico. Que nosotros los vecinos, los contrys, éramos el ser, la falda del Cerro de la Silla, teníamos nuestros hijos que iban a estudiar en el Tec. Y entonces ellos se iban a ver afectados muy fuertemente porque formamos la asociación de jóvenes de estudiantes del Tec de toda la zona Contry. Y así, hubo múltiples organizaciones, que creo que el Tec fue muy sensato y tomó la decisión de apoyar eso. No lo hicieron público, pero simplemente ni lo hubo escrito, pero simplemente el dictamen. Y después, en ese momento, cuando me dicen que tenemos que hacer algo, les digo estamos haciendo esto. Sí es un programa muy difícil. Porque organizar a la sociedad civil no es tan sencillo cuando tienes funcionarios municipales presionando de distintos ángulos, fueron, visitaron cada uno de nuestros hogares. De las más de mil casas que ahí habitamos. Casa por casa con los enlaces de un amigo, del otro, del otro. Con decirte que un día a mi me fue a visitar mi maestro de secundaria. Que hacía más de 30 años que no lo veía, o sea, radiografiaron a todos los vecinos de a uno por uno. De alguna manera uno tenía un enlace en un nivel de gobierno municipal, estatal. O el primo o el tío te llamaban. Fue una presión minuciosa que ejercieron sobre los vecinos. Pero eso, a los vecinos los enardecía más. Eso los hacía más sensibles para continuar con su defensa sobre el Cerro de la Silla. Defender el ambiente natural, porque ahí vivimos, de ahí coexistimos. Y no queremos que en las futuras generaciones dejen de tener ese patrimonio, que es universal. Tuvimos presiones de todo tipo. Les tengo que agradecer a mi esposa y a mis hijos, toda esta defensa sobre el Cerro de la Silla. Y cómo aguantaron con toda la presión de todas las formas y manifestaciones que echaban mano con la policía, incluso con la montada. Entraban en caballo a presionar a todos los vecinos. Fue una situación muy difícil, costó mucho dinero .
Y hubo también de todo, los mismos priistas, enemigos del alcalde, que se acercaban y ofrecían para avivar el fuego para impedirle su arribo político a otras esferas, entonces hubo ofrecimientos, hubo cosas a las que nosotros nunca nos prestamos y nos mantuvimos al margen de ese tipo de mezquindades y de juegos políticos que no los desconocemos. Porque tenemos experiencia sobre el conocimiento político, o el desarrollo de esta sociedad regiomontana, participando en los últimos 30 años, entonces, no que no los conozcamos, los conocemos. Y hubo una participación de todos los vecinos con una fuerza enorme. Eso te revitalizaba y te impedía detenerte. O sea, te empujaba la fuerza a tener que continuar. Y hubo la planeación de organizarse más serio y más fuerte porque los embates eran muy fuertes recurrimos a todos los partidos. En nuestra Organización: Asociación Bosques del Contry hay de todos los partidos. Son vecinos que ahí viven, del PRI, PAN, PRD, PT y hubo toda una participación muy fuerte. Fuimos con algunos regidores, como Ricardo Morales Pinales, siendo regidor del PT, por Guadalupe, fue uno de los principales instigadores contra nuestra organización y porque se instalara el teleférico, era uno de ellos. Con mucha tristeza, que con toda su participación y trayectoria política que ha tenido, como la rueda de la historia, eso nos dio mucha tristeza verlo, pero no nos íbamos a detener, porque ahí teníamos una fortaleza de vecinos. Y entonces, empezaron todos los vecinos, se crearon comisiones. Había 50 profesionales. Se dividió, había médicos, químicos, biólogos, odontólogos, psiquiatras, sociólogos, antropólogos. Todos manifestando su aporte de lo que estaba pasando porque estaba causando una presión a todos los vecinos de Bosques del Contry. Y entonces, me acuerdo que quisimos argumentarle al gobierno municipal, demostrarle que todo lo que nos estaba afectando y el arquitecto Cisneros Ramos, un valuador de una trayectoria impresionante. Un hombre crítico, que un día la comunidad tiene que reconocerlo. Hablé con él y nos hizo un avalúo. Nos afectaba un 40% de la devaluación. Nada más por el solo intento de poner el teleférico. Por ese solo intento las casas se devaluaron. Estaban costando 1 millón 300 y hubo vecinos que quisieron irse y no las lograron vender en 700 mil pesos, por la pura amenaza. Creo que fue muy fuerte el impacto que tenía sobre la comunidad. Te quiero aclarar que los vecinos nunca fuimos enemigos de poner el teleférico, lo único era el cómo, cómo coexistir, los negocios pueden coexistir, pero sin dañar a la naturaleza, sí se puede, pero no atropelladamente, por cómo lo querían hacer. Y te vas a encontrar una serie de personas, como funcionarios de la facultad de Ciencias de la Tierra. El de Semarnat, en ese momento, que había sido director de la facultad de Ciencias de la Tierra, pues presionamos tanto que él tuvo que renunciar, porque él se estaba prestando a eso. Y renunció. El nuevo delegado duró muy poco.
¿Cuánto tiempo duró la lucha?
Dos años y medio, hicimos 178 conferencias de prensa, por eso es muy importante publicar la crónica de la misma lucha. A todas iban, pero muchas notas no las sacaban. Fueron muy pocos los que le dieron un seguimiento total. El Porvenir y El Norte iban de vez en cuando. Pero El Regio cubrió todas las notas. Estaban haciendo otro tipo de periodismo. Más ligado a la sociedad. Tal vez en eso reside su éxito, entre comillas, que ha estado más ligado socialmente.
Hola, este libro es sorprendente porque reporta la fuerza real de las personas, de la organización comunitaria, del liderazgo y lo visionario del autor y su familia.
Luchar por los derechos humanos en la modalidad de la defensa ambiental, se convirtió en una lucha contra la corrupción institucional y personal al defender el famosísimo Cerro de la Silla, no solamente como un símbolo regional de la zona,de Monterrey, Nuevo León, México, sino como un meta ecosistema, prioritario para la vida, para la productividad.
El trabajar por la vida defendiendo a la población de las decisiones san fundamento y totalmente corruptas de las,autoridades de esos tiempos, es asombroso, sobre todo, ahora, ese cerro sigue promoviendo y dando vida en la región.
Esta movilizacion comunitaria en esa zona de Nuevo Leon, cubre varios objetivos del programa ambiental de la ONU, entre otros, el de preservación de especies, ahí habitan osos negros y uno que otro Pardo, grandes felinos, diversas liases de,serpientes, aves, insectos, y AGUA!!!!!!
Muy Buena Vibra y reconocimiento al Autor LIC. Moisés Solís, por la visión que tuvo por la defensa de la vida en ese ecosistema
Saludos
CARLOS a. Galicia-Galicia Ph.D.