“SI NO EXISTIERA LA RESISTENCIA A LA CRUELDAD NO SE PODRIA VIVIR”

Hemos tenido que hurgar en las tripas del ciber espacio para encontrar un toque de luz en cuanto al sinnúmero de injusticias que se cometen  en contra los migrantes centroamericanos. Y afortunadamente es la voz del difunto Carlos Monsiváis, quien desde una lucidez que nunca le abandonó, continúa ilustrándonos.

 

La generosidad de las patronas

 

–Claro, en primer lugar hay que tener en cuenta que Chiapas, y esa parte de Guatemala, no son dos pueblos distintos sino uno mismo separado por decisiones políticas tajantes. Y en segundo lugar, en México se da la lucha de una gran solidaridad contra una crueldad enorme; no olvidemos que en Chiapas y en Oaxaca hay linchamientos de una condición bárbara inenarrable.

 

¿Cómo se porta la policía mexicana con los inmigrantes centroamericanos? Eso es una infamia. Hasta llegó a denunciarlo un presidente de la República, Ernesto Zedillo, que por supuesto no hizo nada al respecto. Es uno de los hechos que violentan la tradición hospitalaria del país. Pero junto a la crueldad, hay pruebas de solidaridad y generosidad por todas partes. Si no existiera la resistencia a la crueldad, no se podría vivir. Actos como el que usted menciona hablan del triunfo de la historia de poblaciones que han creído en la solidaridad, sobre la demografía que obliga a ser cada vez más egoísta.

 

De las maras,

–Eso no es un problema, es una tragedia que se origina en Estados Unidos con los salvadoreños en Los Ángeles. Ahí aprenden la tecnología de la violencia y regresan

a su país, forman bandas, integran ritos iniciáticos, y se multiplican por la necesidad de continuar las gangas (pandillas). Como pasan por México para ir a Estados Unidos, ya hay maras mexicanas. Ésas reciben también a los migrantes, pero para violar a las mujeres, golpear y asesinar a los hombres. Hay una realidad de la mara salvatrucha y hay una realidad de la policía que extiende el nombre de mara salvatrucha a todo joven que sea indocumentado o que le parezca susceptible de tortura. Nunca había visto gente tan cruel y tan dispuesta a recibir tortura de sus compañeros como prueba de lealtad, y por otra parte nunca había visto una persecución de los jóvenes, sean o no maras, tan intensa y tan despiadada.

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