Por EMILY GARCIA RAMOS
El día del trabajo, es un día de descanso para la mayoría de los países del mundo. Retoma su nacimiento en 1886 y es un evento que conmemora los movimientos sindicalistas de los cuales líderes de la comunidad pasarían a la historia siendo ejecutados en suelo Estadounidense defendiendo entre tanto la jornada laboral de 8 horas para los trabajadores.
El presidente americano Grover Cleveland proclamó el Labor Day en Estados Unidos como un día también festivo contando con desfiles y celebraciones, la diferencia es que este día se celebraría en septiembre esto por temor a que el movimiento comunista tomará fuerza. Años más tarde Canadá se unirá a la celebración.
En 1868, el presidente Andrew Johnson promulgó la llamada ley Ingersoll estableciendo la jornada de ocho horas. Al poco tiempo, diecinueve estados sancionaron leyes con jornadas máximas de ocho y diez horas, aunque siempre con cláusulas que permitían aumentarlas entre 14 y 18 horas. Aun así, debido a la falta de cumplimiento de la ley Ingersoll, las organizaciones laborales y sindicales de Estados Unidos se movilizaron. La prensa generalista de Estados Unidos, reaccionaria y calificaba el movimiento como indignante e irrespetuoso y manifestó que era lo mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora de trabajo
Para entonces Chicago era una de las ciudades con más desigualdad y más número de jornaleros industriales, el día 1 de mayo y los días consecutivos el número de trabajadores integrados al movimiento rebasaba los trescientos mil.
El periodista Aldo Fischer al ser testigo del brutal ataque a quemarropa del que fueron víctima los huelguistas, escribió una nota invitando a la clase trabajadora a no ser más esclavos y levantar la voz a favor de sus derechos laborales. Este mismo sería uno de los que fueron condenados a la horca por parte del gobierno estadounidense después del incidente de Haymarket tras declarar culpables al grupo de líderes en un juicio farsa.
Para ese entonces estaba claro que más allá de una disputa entre sector obrero y patronal el país tenía su propia guerra civil en contra de la defensa trabajadora, así se podía leer entre las diferentes notas que acompañaban a los medios impresos quienes eran aliados de la represión laboral.
Los sucesos de Chicago tuvieron consecuencia en un número indeterminable de trabajadores siendo estos en su mayoría migrantes europeos, cifra importante de la ascendencia por la que Estados Unidos hoy cuenta con su etnia. País que por mucho tiempo fue la primera potencia gracias a la mano trabajadora migrante, la misma que hoy en día repudian.
La consecución de la jornada laboral de 8 horas tuvo un gran impacto para finales del mismo mes de mayo, algunos sectores patronales accedieron a otorgar a cientos de trabajadores este derecho, tanto fue el júbilo que la Federación de Gremios y Organizaciones expresaron su alegría.
El mismo padre del movimiento comunista-socialista Friedrich Engels expresó su felicidad en el manifiesto comunista recordando al propio Marx.
En los años siguientes y de la mano de La Segunda Internacional se unieron libremente más países europeos a la conmemoración de los trabajadores y los movimientos socialistas de ese tiempo, pero por otro lado también siempre se ha tenido miedo de las repercusiones que podrían llegar a tener los movimientos izquierdistas en contra de los partidos capitalistas.Tanto se ha escalado el disgusto por la desigualdad laboral que hasta la religión católica tuvo que entrar a la batalla queriendo restar honores a la lucha que a lo largo de los años los movimientos sociales habían logrado.
En México, la lucha por los Derechos Humanos en el trabajo también tuvo su expresión en el movimiento obrero, que dio lugar a la incorporación de los Derechos Sociales en la Constitución Mexicana de 1917, así en el Artículo 123º, se establecen los derechos laborales; la creación de tan importante artículo se debe a la influencia de Francisco J. Mújica, vinculado a los Flores Magón y su Plan del Partido Liberal. También se creó la Ley Federal del Trabajo para regular las relaciones laborales entre trabajadores y patrones.
En la actualidad en México, el nuevo gobierno, está realizando una revisión de la reforma laboral del régimen anterior; las condiciones de vida y los derechos de los trabajadores, y que incluso sus resultados fueron motivo de presión por parte de Canadá y los Estados Unidos, socios comerciales de México en el T-MEC, para el aumento gradual en los salarios de los trabajadores mexicanos de las transnacionales.
A lo largo de la historia se está claro que los trabajadores tienen derechos y de no conocerlos siempre existirán organizaciones encargadas de defender al sector laboral, lo único que detiene la mejora continua es la desinformación y desinterés del mismo trabajador.
