Los residentes de Champtercier temen que este pueblito al pie de los Alpes se transforme en un nuevo punto crítico en la crisis de los migrantes: su población, de 800 habitantes, crecerá sustancialmente cuando reciba unos 100 migrantes del campamento de Calais el mes que viene.
Cientos de suspicaces residentes pidieron que los migrantes no sean aceptados y un candidato menor a la presidencia adoptó su causa. Los migrantes han encontrado resistencia también en otros pueblos en momentos en que el gobierno se prepara para desmantelar el campamento de Calais y enviar a unos 9 mil migrantes a 164 localidades de Francia, donde podrán pedir asilo y recibir refugio, comida y atención médica.
La alcaldesa, que accedió a alojar a los migrantes en un complejo de vacaciones cerrado en las afueras de Champtercier, se siente acongojada por lo que considera una reacción desmedida e irracional.
“Es una cuestión de humanidad, de solidaridad con Calais, con todas esas personas que son víctimas. Son víctimas de la guerra, del tráfico de personas, de todo lo que han tenido que vivir” en Calais, expresó la alcaldesa Regine Ailhaud-Blanc en declaraciones a la Associated Press.
En un principio ofreció recibir a dos o tres familias de refugiados y fue tomada por sorpresa cuando el administrador regional le dijo que le enviaría a 100 hombres solteros de Sudán y Eritrea.
Pero la funcionaria sigue comprometida con la idea de ayudar a los migrantes de Calais, alojados en un barrio inmundo donde cada vez arriba más gente del Medio Oriente y Africa que intenta cruzar el Canal de la Mancha y llegar a Gran Bretaña. El campamento es hoy un símbolo de la deficiente respuesta de Europa a la crisis de los migrantes y una vergüenza para el gobierno francés.
Es por ello que el gobierno está trasladando a los migrantes a sitios como Champtercier, a casi 1.000 kilómetros (600 millas) de Calais. Los alojará en un conjunto de pequeños edificios y cabañas en las afueras del pueblo que no se usa desde el 2010.
Asustados ante la perspectiva de tener que recibir a tantos migrantes, los residentes de Champtercier crearon una página de Facebook desde la que se pide a la alcaldesa que los rechace. Se supone que llegan el 15 de octubre.
Los administradores del centro turístico Villages Club du Soleil recibirá 18 euros diarios por cada migrante, según el gobierno regional. Los migrantes, a su vez, percibirán siete euros diarios para gastos.
Los gobiernos regional y municipal realizaron una reunión el lunes para tratar de despejar los temores, pero el encuentro dio lugar a manifestasiones de temor y odio hacia los migrantes. Abundaron las expresiones antimusulmanas, a pesar de que la mitad de los eritreos son cristianos. Muchos se quejaron de que las contribuciones de la población irán a parar a extranjeros en lugar de a los franceses más necesitados.
También hay temor por cuestiones de seguridad, aunque nadie sabe definir bien a qué le tienen miedo.
“Estoy asustada. Si llevo a mi hija sola a la escuela y mi esposo no está allí, ¿qué puede suceder?”, expresó Carolina Sorriaux. “Si hay alguien sentado allí y me niego a darle un cigarrillo, puede haber problemas”.
Otra inquietud es la gran cantidad de migrantes.
“Creo que, como seres humanos, tenemos los mismos valores. Estoy abierto a que vengan extranjeros. Mi preocupación es la cantidad –son com 100 personas– y cómo se harán las cosas”, señaló el artesano Bernard Pérez.
Otros eran menos tolerantes.
“Sabemos bien que si traemos gente como esta, habrá problemas”, sostuvo la maestra Nathalie Davin-Baro. “¿O piensas que el cielo azul y la lavanda van a hacer que cambien su comportamiento”’.
El gobierno regional, o prefectura, dice que las autoridades optaron por alojar a 100 personas en un mismo sitio porque es más económico. Los migrantes recibirán techo, comida, clases de francés, atención médica y transporte gratis hasta el centro administrativo más cercano, en el que iniciarán un complejo proceso de asilo.
El presidente francés Francois Hollande dice que los migrantes deben permanecer en centros de recepción por hasta cuatro meses mientras las autoridades analizan sus solicitudes.
El tema de la inmigración es uno de los asuntos clave de cara a las elecciones presidenciales de Francia, donde están cobrando fuerza las propuestas nacionalista de la candidata de extrema derecha Marinei Le Pen, del Frente Nacional, que se opone al plan de distribuir a los migrantes de Calais por todo el país.
El ex presidente Nicolas Sarkozy, otro de los candidatos, expresa puntos de vista similares, mientras que el conservador Nicolas Dupont-Aignan, a quien no se le dan esperanzas, es un verdadero abanderado de la causa de los residentes de Champtercier que no quieren recibir a los migrantes.
La alcaldesa de Champtercier, mientras tanto, insiste en que “los temores son totalmente irracionales”.
“Es miedo al extranjero, miedo a lo desconocido”.
Todo por las invasiones gringas a los pueblos árabes para arrebatarles su petróleo y su agua