*POR LIC. MARCELA RIVERA
A pesar de que su inclinación primaria fue el estudió del derecho, su corazón la convirtió en la doctora que intenta rescatar a las almas que sufren bajo las garras de las drogas. Bastó una edificante conversación para percatarnos de que nos encontramos ante el humanismo luminoso de una gran mujer, y a quien hemos bautizado como la Doctora de los hombres perdidos…
En el olvido queda la última vez que se hace el amor, con entrega, con pureza porque la droga nubla no solo la vista. La seguridad de saberse amada, también desaparece cuando se hace el amor por droga. La droga es tu padrote. Negar lo anterior es negar que las ventas del narcotráfico se pagan con mujeres y sus cuerpos, con droga y dinero
Para muchas o casi todas, resulta mucho más sencillo intercambiar 20 píldoras mágicas por un “acostón” de 20 días en un motel, que por 2,000 pesos; el único narcomenudeo que es aceptado es el que es en grandes cantidades no por mínimas. Y 2,000 pesos es nada en el mundo de la droga.
Los abusivos te hacen y te deshacen. Eres prostituta hasta de tu propia sombra, no existen “los hasta luego o te pago después”. Ya eres adict@ a la droga, a la raya, a la mala vida. La parte cognitiva de tu cerebro, la inteligente, NO existe; solo quedan tú y la sustancia, la droga con tu cuerpo desnudo; ese que te sirve para dos cosas. Su primera función es expulsar todas las sustancias que ingieres lo llamamos “el veneno” la segunda función para comprar esta misma que te inyectas y consumes.
En estos 2 años de ser terapeuta de pacientes con edades de los 8 hasta los 76 años (hombres y mujeres), me he recordado a mí misma y a ellos que este juego maligno no hace distinción, agarra parejo, hiere, utiliza y discrimina de la misma forma a niños o adultos.
¿Qué es el libertinaje? ¿Cómo es que ahora en estos tiempos se confunde la palabra SEXO con este crudo concepto? ¿Cómo es que a estas “alturas del partido”, aún NO contamos con educación sexual en las escuelas con campañas de prevención de adicciones?
Nosotros los jóvenes, seguimos saliendo al ruedo sin armas, sin la correcta información de lo que existe. Siguen sin mostrarnos la realidad cruda del mundo, al que salimos indefensos e inocentes. Nos niegan la realidad y nos muestran solo “la bella parte”.
En este mundo, el de las adicciones, todas las personas son tratadas como objetos sexuales. La ansiedad, la poca dirección, la misma enfermedad emocional, es lo que lleva una y otra vez a recaer sobre el mismo círculo destructivo y negro; te impulsa a marchar sobre el mismo margen de error.
En este mundo, el de las adicciones, todo se hace por una dosis y cuando el dinero acaba, se recurre al sexo. Siempre se termina entregando todo, la dignidad, la decencia, la pureza; tu inocencia. No importa el maltrato, ni la agresión física y mental. Cuando se intercambia el cuerpo a cambio por droga, se hace a sabiendas. Este tipo de prácticas siempre son consensuadas. No he conocido a una víctima que no se sintiera victimario de su propia autodestrucción.
La maldad no está solo en quien nos explota, también está en nosotros mismos y dentro de nosotros, se van acumulando poco a poco esas experiencias, recuerdos, tormentos. Todos los malos tratos y malos ratos que después utilizamos como una especie de venganza hacia nosotros mismos. Somos nosotros los únicos culpables por derrochar nuestra sexualidad de un modo poco ventajoso para nuestra autoestima, pero muy provechoso para cumplirle al padrote, a la droga.
¿Pero dónde empieza el círculo vicioso? ¿En el consumo? ¿En nuestra personalidad destructiva? ¿En nuestro nacimiento? ¿En la adolescencia? ¿En la falta de amor propio? ¿Falta de autoestima? O ¿En el sexo materializado?
¿Cómo se siente estar anclado a una enfermedad adictiva como el sexo? ¿Alguien recuerda que se siente intercambiar tu cuerpo por una hierba como la marihuana?
La respuesta es NO, solo lo sabe el que lo vivió en carne propia y créeme, es patético estar en ése lado de la historia, queriendo sin realmente QUERER. Ése lado de la historia del cuál no puedes escapar porque es eso, sentir morir de ansiedad de saber que los dilers terminan “poniéndote en control” y diciéndote que para poderte drogar, necesitas hacer algunas tarea con ellos y su grupo de amigos. NO es violación pues tienes y manifiestas tu entera aceptación. Nuestra voluntad ya no tiene el papel más importante de nuestra personalidad y esto es un hecho y una verdad.
Quisiera creer y decirles que en este mundo, no existe la prostitución, el tráfico de mujeres, las orgias, la violencia, los pederastas, la marginación, la agresión a las mujeres, a los hombres, la discriminación. Quisiera poder decirles que no sucede que a las mujeres las tratan como dinero barato y que los hombres terminan volviéndose promiscuos y homosexuales de manera forzada.
En este mundo, el de las adicciones, todo comienza cuando intentas encontrarle una solución a tus problemas. Lo único que en ese momento deseas es poder canalizar toda tu frustración y poder llegar a reprimir y suprimir todas aquellas emociones que no te dejas sentir quieres escapar de tu realidad a toda costa. Cuando te involucras en las drogas, lo último en lo que piensas es en cómo quieres herirte o cómo vas a terminar. Solo desearías tener un pincel para poder volver a pintar todo un mundo distinto.
Pero sin darte cuenta y en un abrir y cerrar de ojos, ya estas involucrado en un escenario mucho peor y totalmente distorsionado y muy difícil. Ya estás en un mundo donde ya no tienes poder de decisión y donde lo que tú sientes NO CUENTA porque la dirección de tu vida no depende de ti, sino de alguien más.
¿Pero de verdad quieres? ¿De verdad puedes hacerlo? ¿De verdad puedes andar en un mundo donde todo el mundo decide excepto tú? ¿Estás conforme con el hecho de que te están manipulando mentalmente? ¿Ya sabes cómo es cuando alguien tiene sexo por gusto? ¿Cómo se siente cuando alguien tiene sexo forzado?
*La autora es terapeuta en adicciones y directora de la Asociación Motivus Amore.
