EL CONTENIDO DE LA BOTELLA NO CORRESPONDE CON LO QUE ANUNCIA LA ETIQUETA

HUGO L. DEL RÍO (LOS DESATINOS DE LA BARBIE ARELLANES)

Sí, pero no. Cantinflas es el máximo ícono de la cultura mexicana. El golpe mediático que dio la alcaldesa Margarita Arellanes ya perdió eficacia. Una de tres: l.- El almirante Augusto Cruz agacha la cabeza y la hunde en la arena. 2.- Manda al Republicano Ayuntamiento al rancho de López Obrador y se regresa con sus fusileros marinos a la base. 3.- Arellanes entra en razón y deja que el personal naval haga las cosas a su muy castrense manera. En ninguna de las tres posibilidades hay ganador y el que más pierde es el pueblo de Monterrey. Si don Augusto vota por la política del avestruz, caerá en el más espantoso ridículo del mundo. Las bufonadas nos hacen daño a los civiles, pero son mortales para los militares. Dos.- Si el almirante se va con su gente, Arellanes pierde, aunque sea por lo pronto, el poco o mucho terreno que había ganado. Se vería muy mal que después de tanta publicidad de que “Anchors Away” los del ancla como emblema se regresen a sus barcos porque se negaron a seguir el juego perverso de la corrupción y el influyentismo. Los marinos quedan como héroes y la presidente municipal como lazo de cochino. Tercero.- Es muy difícil que la panista tenga la determinación de hacer cumplir las leyes y reglamentos. México es el país de Nunca Jamás. El contenido de la botella no se corresponde con lo que anuncia la etiqueta. ¿Cerrar los antros a las dos de la madrugada, multar a promotores de espectáculos porque retrasan la función, retirar autos del gobierno e imponer la multa del caso? Eso no va con la política mexicana. Arellanes cometió de entrada un error muy serio que le va a costar muy caro: le confirió demasiado poder al almirante, al grado de convertirlo, en la práctica, en algo así como el vicealcalde. Una cosa es que los militares de la mar océano detecten y expulsen o encarcelen a los gendarmes y tránsitos corruptos, y otra, muy distinta, es que cumplan con la función de inspectores de alcoholes. Y, de vialidad hablábamos: ¿qué van a hacer los infantes de Marina para dirigir el paso de peatones y la circulación vehicular en una ciudad que no conocen y que, de por sí, está hecha un desmadre del tamaño del Himalaya? La edil quería, supongo, transmitir un mensaje a los regiomontanos: voy a actuar con tanta firmeza que ya llamé a la Armada para que venga a poner orden. Pero resulta que a las primeras de cambio, y en asuntos realmente de poca monta –un auto mal estacionado, un cantinero que no quiere cerrar, un “show” que se atrasa—ya de deschongaron la blanquiazul y el general de la mar. Y eso que apenas empieza el trienio. El panismo ya no tiene remedio. Es un barco que se hunde, para emplear una imagen que tal vez será del agrado del almirante. PIE DE PÁGINA: Un despistado diputado panista dijo que lo que la titular de la Agencia Estatal del Transporte, abogada María de Jesús Aguirre, sabe del rubro, cabe en una cuchara, pero de juguete. De las que usan las niñas para endulzar el café de sus muñecas. Bah: doña Marichuy está ahí para proteger los intereses del líder proletario Ismael Flores, devenido en próspero rutero. Si Ismael le ordena que ponga fuera de circulación los autobuses de los Lazcano, los únicos concesionarios decentes y profesionales, lo hará.

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