ROBERTO GUILLEN
Que grato sabor de boca nos ha dejado la mesa de trabajo a la que nos ha convocado el diputado Luis Donaldo Colosio , a cargo de la Comisión de Desarrollo Social y Derechos Humanos. Pues resulta que el fenómeno de la migración en México ya resulta insoslayable en Monterrey. Si antes el migrante pasaba como un mero fantasma, inadvertible en tierra de presurosos emprendedores, ahora se aparecen a unos cuantos centímetros del parabrisas y en las principales arterias de la ciudad, o bajo los puentes, como refugio y cobijo de la rugosa intemperie. Si bien es cierto que ya existen espacios para la atención a migrantes como lo son la Casa Monarca y la Casa Nicolás, a la fecha no existe un marco normativo para atender un fenómeno que ya le puso los pelos de punta al diablo naranja que despacha en la Casa Blanca. En ese sentido, resulta plausible que el diputado Colosio ya esté fraguando lo que se ha dado en denominar Ley sobre los derechos de las personas en situación de Migración del Estado de Nuevo León. Ley de Atención y Protección a Migrantes para el Estado de Nuevo León. Bellas intenciones por ejercitar un Humanismo que ya se perdió en la tierra de las ilusiones narcóticas…allá donde a los chavitos los separan de sus padres y los encierran en jaulas como si fueran animalitos. Allá donde a los migrantes los cazan como conejos…que bellos nos vemos los y las integrantes de la sociedad civil, exponiendo nuestras experiencias y aportaciones, en torno al fenómeno de la migración en México. De mi parte les rescomendé la lectura de las Tierras Arrasadas del escritor Emiliano Monge…