ROBERTO GUILLEN
Ella representa el corazón de la generosidad mexicana. Ella abre la puerta de México a los hermanos centroamericanos que vienen huyendo de la muerte y la miseria. Ella es el bálsamo psicológico donde descansan las lágrimas de los migrantes. Ella es Mara Gutiérrez , la psicóloga del albergue Hermanos en el Camino, un oasis de humanismo fundado por el padre Alejandro Solalinde en la ciudad de Ixtepec, Oaxaca.
“No tienes porque sentirte mal, llorar te hace más humano”, le responde Mara a un migrante centroamericano que inevitablemente siente rodar las lágrimas por sus mejillas, al tiempo que comenta, disculpe que esté llorando delante de usted.
Y efectivamente, al llegar al albergue de Saltillo, Coahuila, de la manera más natural y profesional, Mara se puso a interactuar con los migrantes y a jugar damas chinas. Hablamos de un ejercicio de acompañamiento más allá de un mero compromiso burocrático y laboral. Mara no es una monja ni pertenece a ninguna orden religiosa. Mara es una singular psicóloga, que de manera voluntaria y con el corazón en la mano, brinda su tiempo, atención y conocimientos, para conocer el status psicológico del migrante y buscar la manera de aligerar sus estados emocionales, dada su condición de migrante.
Si alguien conoce del Dolor , si alguien ha visto de frente las lágrimas del Dolor, es Mara Gutierrez, a quien hemos decidido “bautizar” como la Embajadora de los Migrantes.