CRONICA DE LA TRISTEZA CENTROAMERICANA

POR Federico Campbell Peña

ALTAR SONORA (Somosmigrantes.com)- Tres migrantes tzotziles,
provenientes de Chiapas, dos mujeres y un varón, menores todos de 18
años, rezan con fervor en la iglesia de este pueblo ubicado entre
Caborca y Santa Ana. Piden ante Jesucristo y la Virgen de Guadalupe
que nos los dejen solos, porque en unos días, intentarán cruzar por el
desierto a Arizona. Su destino final es Tampa Florida. Afuera del
templo, sentados, tres guatemaltecos narran su peregrinaje. Eduardo
regresó con dólares a Guatemala a ver a su familia y ahora pretende
reingresar. “Cuando tengo dinero, no está la familia y la extraño,
cuando estoy con ella, no tengo dólares y vuelvo acá a intentar
cruzar”, dice a sus escasos 22 años. Como todos y todas, arribaron en
La Bestia a Caborca. Después, a pie hasta Altar, porque los camiones
la gran mayoría, no los suben dado “su mal olor”, tras semanas de no
ducharse. Los excluyen y discriminan y aun así, arriban a Altar a
buscar su enganche, su conecte. Ya en Altar estarán casi todos,
enganchados, organizados, amarrados por traficantes de personas.
Otros, llegan solos sin contactos y son víctimas de cualquier
levantón, de secuestro, de extorsión. “Somos de Tuxtla Gutiérrez”,
dicen otros dos, pero son de Guatemala y de Honduras. Como la mayoría
de los que llegan a Altar. Incluso, una caseta con cabinas ofrece
llamadas a Guatemala a menor precio. Otro negocio contiguo, vende
mochilas, pantalones, gorras y zapatos para la travesía por el
desierto. El “kit”, el paquete con todo, para el cruce.

EL PADRE PRISCILIANO Prisciliano Pedraza es sacerdote diocesano. Porta
sombrero de vaquero. Anda por todos sitios en su troca Chevrolet.
Coordina el Centro de Apoyo al Migrante. Ofrece albergue, ropa,
medicinas, y comidas gratuitas a las 10 y a las 17 horas a los
migrantes que lleguen. Además de los centroamericanos, muchos
provienen de Chiapas, Guerrero, estado de México, Oaxaca, indígenas la
gran mayoría. “Los de Puebla son más orgullosos, porque como son
albañiles especializados, son mano de obra calificada, no quieren que
se les trate igual”. Todos y todas van a Tucson Arizona y desde allí a
California, Florida, Illinois, las Carolinas, a todos los estados
prácticamente de Estados Unidos. Las monjas les dan de comer y curan
sus ampollas, sus pies con llagas. Si están muy mal de salud pueden
quedarse todo el tiempo necesario hasta que retomen fuerzas. Al mismo
tiempo, un motel también en Altar guarda a unos 50 centroamericanos y
mexicanos para desplazarlos hasta el Sásabe y cruzarlos hacia Arizona.
Los sensores y la alta tecnología del muro virtual del ICE- DHS por la
noche, son capaces de detectarlos con rayos infrarrojos, pero bajo el
sol incandescente de las 2 pm, la cosa puede cambiar, en favor de los
migrantes. El eclipse del lunes 14 de abril fue aprovechado porque la
luna se oscureció tres horas y dejó de lanzar luz sobre la frontera,
momento único para atravesarla a pie. Si llegan a sobrevivir los tres
días de caminata, arribarán a la carretera en Tucson, donde una
camioneta de su contacto los recogerá hasta llevarlos a una casa
segura.

Posteriormente, los irán soltando, previo cobro de cuota (una de
tantas) a sus familiares, para enviárselos a su destinos en autobús de
línea. En tanto, el padre Prisciliano, amigo de Alejandro Solalinde,
organiza el “vía crucis del migrante” de este Viernes Santo, por las
calles altareñas, marcado por cruces en los postes de luz, para
recordar a los migrantes fallecidos en la travesía. Su albergue lo
preside una bandera azul, que en el desierto significa pozo de agua.
En el mapa que enseña, la estrella roja, por el contrario, indica
muerte segura, ya sea a causa de la deshidratación o por animales
peligrosos: serpiente coralillo, cascabel, todo tipo de alacranes,
tarántulas, arañas venenosas. Prisciliano estuvo recientemente en los
dos Nogales con los obispos católicos de EU, entre ellos el de Boston,
para pedir por una “reforma migratoria que humanice, un buen trato
para el hermano y hermana migrante”. Ofició misa con ellos. Oraron por
quienes cruzan y mueren en el intento. “Tenemos una frontera muy
porosa, pero aunque pongan más bardas de 80, 90 metros, haremos
escaleras de 80, 90 metros para cruzarlas, o por debajo, esto no se va
a detener”, dice el sacerdote.

NO HUBO “MOSHADA” ..

“No hubo moshada para el alto mando, y el ejército encontró una casa
con más 162 migrantes y los deportó el 8 de abril a sus sitios de
origen”, se dice en Altar. “Los descubrió y los deportó” en un
operativo SEDENA-INAMI. A la par, policías estatales mantienen retenes
en las carreteras, como el que está entre Hermosillo y Santa Ana,
donde se revisan los autobuses de pasajeros, carros particulares y
todos los trailers de carga, que ahora sí, pueden ingresar a Estados
Unidos como lo estipula el Tratado de Libre Comercio de América del
Norte.

El tráfico de mariguana y cocaína a EU se organiza aparte, pero
continúa. En Altar no conviene la legalización de la mariguana dentro
de Estados Unidos porque terminaría el negocio. “En el DF no afecta,
pero si se legaliza la yerba en el vecino país, la economía de aquí se
cae”, suelta otro altareño viendo hacia los cactus de espinas
prolongadas, en esta tierra café que conquistaran los franciscanos y
el padre Eusebio Kino en el siglo XVIII.

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